El seguimiento de Jesús es el que configura la vida del primer grupo de Apostólicas que quieren vivir la pasión por el Reino.
Desde que se ponen en marcha las primeras Obras, Luz trató por todos los medios a su alcance, incluidos los de comunicación social, poco habituales para las mujeres de su época, de implicar a otras personas en ellas, dinamizando el tejido social, y creando conciencia solidaria ante el desigual reparto de los bienes.
Estas personas que se unieron a Luz, fueron principalmente mujeres, aunque también se implicaron algunos varones en esta aventura, inicialmente laica, y la envergadura, las dimensiones que pronto empieza a cobrar la Obra Apostólica, así como las escasas seguridades en que se apoya, hace que poco a poco, vayan retirándose algunos, por parecerles propios de una “ loca” (Historia de la Obra Apostólica Artículo 78).
Precursoras del Voluntariado social, las obras se apoyaron en Auxiliares y Colaboradores, siendo éstos un elemento clave para desarrollar la pluralidad y extensión de las mismas, porque “contar con otros”, “Hacer hacer” “Sumar y no restar fuerzas” siempre estuvo en la génesis de nuestra Congregación religiosa, como un precedente de la Iglesia del Vaticano II en lo que se refiere al reconocimiento de los carismas y a la participación de los laicos y laicas en ellos…
La sensibilidad de estas mujeres va dando siempre respuestas creativas a nuevas situaciones que se les presentaban, ya que “nada humano era ajeno a sus corazones” (Luz Casanova)
Así, van dando respuesta a las necesidades de su tiempo; por los barrios olvidados de Madrid, van surgiendo, a favor de los niños, y de las niñas… las ESCUELAS. También sienten la llamada de las familias de escasos recursos, naciendo así los COMEDORES, el gemido de los enfermos y enfermas que no tenían medios para responder a sus enfermedades, naciendo para ello, EL PATRONATO DE ENFERMOS, y LOS DISPENSARIOS, en la España que no vislumbraba todavía la Seguridad Social, y la ayuda a tramitar expedientes matrimoniales, para solucionar sus problemas familiares…
El 31 de mayo de 1924, después de 30 años de apostolado seglar nace la Congregación que da continuidad a la misión apostólica Iniciada por Luz Casanova; cuando seis mujeres: Adela Ventura, Asunción Muñoz, Isabel Urdangarín, Dolores Martínez Carrillo, Isabel Ibarreta y Luz Casanova se sienten invitadas a recrear: “La misma vida y misión de Jesús y sus apóstoles” (O.C. 27) unidas por “El más ardiente Amor al salvador y la máxima estima de la dignidad de la persona. (Const. 3). comienzan a vivir en comunidad, en la casa de Santa Engracia nº 11, estando el edificio aún sin terminar…
Hasta 1936 es tiempo de expansión y crecimiento. La Congregación desarrolla una actividad apostólica múltiple, intensa, llegando con la flexibilidad propia del seglar, a donde no había llegado hasta entonces el apostolado organizado de las estructuras diocesanas ni de las Congregaciones religiosas u otras organizaciones apostólicas de la Iglesia…
Cuando el 8 de enero de 1949 muere LUZ CASANOVA la Congregación religiosa que ella fundó, sigue escuchando la llamada de Dios en los pobres de la Tierra y sueña con seguir manteniendo vivo su sueño, anunciándolo a otros pueblos y culturas… “Id por el mundo y anunciad la Buena Noticia a toda la humanidad” (Mc. 16,15)